Dejamos todas nuestras cargas sobre Él, sabiendo que en Él está el poder de responder nuestro clamor. Buscando incansablemente su presencia, hablando en nuevas lenguas y siendo parte de un quebrantamiento genuino del alma, es como provocamos la gloria de Dios.

Sentir esas corrientes de fuego, la Santa Unción que penetra hasta los huesos y quiebra toda coyuntura de pecado, no tiene explicación. Sabemos muy bien que el verdadero hijo de Dios, no puede vivir de experiencias pasadas, tiene que renovar sus fuerzas, renovarlas como las del águila.

Así es como buscamos cual Eliseo, una doble porción de su Espíritu. Ser testigos de su poder, testigos con señales y milagros, es lo que realmente anhelamos. ¡Queremos que Dios use nuestras vidas! Y solo se logrará con ayuno, oración y la búsqueda incansable de Su presencia.

Esta fue la atmósfera de gloria que se vivió en el distrito del Porvenir en Trujillo, para agradecer el inicio de año en el primer ayuno unido. Incentivado por el Presbítero de la zona 10, Rev. Julio Vargas, cientos de hermanos salieron renovados.