Gran parte de las crisis matrimoniales que se viven en la sociedad son porque no se educa para amar; ni siquiera se tiene en claro el verdadero significado de matrimonio. María se unió con su pareja a una temprana edad. Ella, llena de ilusiones, y él, lleno de amor. Jamás pensaron en fracasar, pues todo parecía encaminarse a un matrimonio de éxito.

Cuando la enfermedad llegó al hogar, se dieron cuenta que la felicidad se había terminado. El amor desapareció y el paraíso del hogar en el que vivían se había tornado en un infierno. Los insultos, los pleitos y el odio se apoderaron. Los crecientes problemas les cobrarían factura muy pronto; el esposo abandonó el hogar.

En la angustia y desesperación del momento, María comenzó un proceso de lucha por la restauración matrimonial. En este proceso se encontró con Bethel Televisión, donde el expositor, lleno del Espíritu Santo, mencionó que Cristo podía sanar heridas con Su perfecto amor.

Sin más reparos, María aceptó al Rey de Gloria en su vida. Entregó su corazón a Jesucristo frente a la televisión, y al cabo de un tiempo, su esposo llegó rendido a los pies del Maestro. “No existe nada imposible para Dios, Él ha cambiado mi vida y mi hogar. Si sientes que no hay esperanza para tu familia, Dios es experto en reparar heridas”, cuenta María, una cajamarquina que ahora nos transmite su gozo inefable.

Hoy esta pareja sirve a Dios con todo el corazón. Imparten el mensaje de Jesucristo a través de su testimonio y proclaman, sin desmayar, el poder de Jesucristo. ¡Cristo une las familias!
¿Deseas un cambio en tu vida? Te invitamos del 12 al 22 de setiembre a nuestra Convención Nacional. ¡Dios tiene un milagro para ti!