La historia de Victoria Margot Salazar nos muestra el propósito maravilloso que Dios tiene para cada uno de sus hijos. El poder de transformar vidas y hacerlas felices no es un cuento, es una realidad. Ella testifica que una familia feliz sí existe; pues la fuente de amor, que es Cristo, guía su hogar.
Conoció al Salvador de las almas a los 12 años, en la ciudad de Barranca. Desde aquel momento, la llama por seguir a Jesús se encendió en su corazón. Jamás imaginó ser una obrera en la viña de Dios, pues los estudios y el superarse como joven ocupaban un rol muy importante en su vida.
“Mi pensamiento era estudiar y viajar a Japón, ese era mi plan”, testifica Victoria. Como nuestro buen Dios sabe actuar e intervenir entre los planes de un hijo, antes de cumplir el sueño y viajar por el mundo, Victoria aceptó la invitación de una de sus primas para visitar una convención cristiana (lugar de concentración para adorar a Dios).
Ella jamás imaginó encontrar a miles de personas alabando al Creador del universo. “Dios fue maravilloso. Aquel día palpé de manera poderosa Su presencia. Observé como las personas buscaban como niños recién nacidos la presencia de Dios. Esa atmósfera capturó mi corazón. No dudé en ningún momento de mi entrega al servicio de Dios”, recuerda Victoria.
Su servicio por Dios fue notorio. Al cabo de unos años después, Victoria conoce a un hombre temeroso de Dios; Eduardo, un joven que amaba la viña del Señor. Dios unió sus vidas llevándolos a Tarma, un campo blanco por evangelizar. A través del tiempo, miles de vidas han llegado a los caminos a través de esta pareja.
“Yo soy muy feliz sirviendo a mi buen Dios. Puedo decir que el amor sí existe, es real si viene de Dios. A todo aquel que busca Su presencia, Jesús lo encaminará por la senda correcta. Tengo dos hijos maravillosos y un esposo que cada día me inspira a servir con amor”, concluye Victoria Salazar, esposa del Rev. Eduardo Masías; Oficial Nacional del MMM en el Perú.
¡El amor real sí existe! Así como Victoria escuchó el llamado de Dios en una Convención, tú también puedes ser un mensajero de Su amor. Te invitamos del 12 al 22 de setiembre a nuestra Convención Nacional. ¡Cristo quiere obrar a tu favor!