• 28 de Junio, 2019

¿Dios sana a los enfermos?

La enfermedad es el resultado de estar en un mundo perverso y en un cuerpo mortal. Mientras que el diablo nos quiere destruir usando la enfermedad y el sufrimiento, Dios lo usa para dar forma, nos desafía, y centra nuestra esperanza en la eternidad. ¡Los propósitos de Dios son maravillosos!

¿Dios sana a los enfermos? Por supuesto que sí. ¿Cómo puedo saber eso? No solo porque la Biblia lo dice, sino también porque Dios ha sanado (incluyendo a mi esposa) a miles de personas en el mundo. A nadie le gusta sufrir dolor ni malestar. Todos queremos tener salud completa para realizar nuestras actividades con normalidad y sin interrupciones.

Es por eso que oramos y pedimos a Dios que elimine la enfermedad de nuestras vidas y nos dé bienestar. Sin embargo, hay momentos en los que parece como si Dios no quisiera ayudarnos. Independientemente de lo que Él decida hacer, podemos confiar en que Su camino y voluntad es lo mejor.

No podemos mandar a Dios y declarar que nos sane, pero sí podemos implorar misericordia. En este mundo tendremos aflicción, pero no debemos temer porque Él ha vencido este mundo. Dios usa todas las cosas para trabajar para nuestro bien, así también la enfermedad e incluso, la muerte.

Cuando escuché la enfermedad de mi esposa, un dolor penetrante se incrustó en mi corazón. La duda quiso apoderarse de mi mente, mas no le di cabida. Sabía en quién había creído. Sirvo a un Dios Todopoderoso, y para Él no hay imposibles. Aprendí que, en cada prueba, en cada lucha, hay nuevas victorias.

El diablo nunca ha ganado una batalla. Mis hermanos, recuerden siempre que Dios no se olvida de alguien tan solo porque sufre de algún mal. Con enfermedad o sin ella, Él tiene un propósito especial para cada uno de nosotros. Lo que podemos hacer es ser agradecidos. Dios nos ama y siempre quiere lo mejor; es preferible confiar en sus planes que en los nuestros.

Dando inicio al segundo servicio inaugural en Pucallpa, el Supervisor del Ecuador, el Rev. Eugenio Masías Corbacho, extendió el mensaje de fe a los cientos de asistentes en el Coliseo Cerrado de Manantay. El Todopoderoso ministró con una palabra de fortaleza y sanidad. El poder del Espíritu Santo se está moviendo de manera especial.

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