Dios no solo unió el hogar de Johnny, también sanó las enfermedades que aquejaban su salud y la de su esposa. Cuando pensó que no había solución para su problema, Dios intervino de manera poderosa.
Las palabras que salen de los labios de Johnny son solo de agradecimiento. El aún recuerda cómo el orgullo casi destruye su hogar. Los 26 años de casados estaban a punto de ir a la basura cuando el amor que un día se prometieron se iba deteriorando por los múltiples pecados que agobiaban su hogar.
Esta situación terminó causando en Johnny una enfermedad emocional, ulceras en el esófago. Al cabo de un tiempo se enteró que su esposa, Carla Cachique, padecía de un tumor maligno en el cerebro. Pero como Cristo siempre llega a tiempo, estando en aquella dolorosa situación, un compañero con el que trabajaba, le compartió un mensaje de esperanza.
Él me dijo: “Johnny, estás en esa situación por tu pecado. El pecado arruina, destruye y trae enfermedades al ser humano. Pero hoy, tengo la solución para tus problemas, te presento a Cristo, el mejor Doctor”, testifica Johnny. Esa noche, después de una oración hacía el Salvador de las almas, experimenté el gozo de ser hijo de Dios.
Al cabo de un tiempo, Cristo sanó mi enfermedad. Luego, al mes de mi conversión, mi esposa pudo experimentar la virtud sanadora del poder de Dios en su cuerpo. El sublime amor incomparable de Dios nos unió, nos restauró, nos libertó y sanó. Siempre recordamos el Salmos 128 porque impactó nuestros corazones.
Él unió, por medio de Su palabra, a mi familia, llamándonos a Su servicio. Tenemos cuatro hijos, y juntos servimos al Dios Altísimo. ¡Dios tiene poder para restaurar, sanar y liberar! Él quiere transformar tu vida y unir tu hogar. No te pierdas nuestra Convención Nacional. A partir del 12 al 22 de setiembre, en tres lugares: Arequipa, Trujillo y Lima. ¡Cristo nos une!