• 16 de Enero, 2019

EL DÍA QUE ME BAUTICÉ

Su amor me ha guiado hasta aquí, sé que es Jesús quién me lleva de la mano a cada instante y yo he decidido servirle con el corazón y la vida misma.

Caían mis lágrimas, pero ellas eran de gozo, del privilegio inmerecido que me otorgaba mi Salvador, de poder recibir su promesa. Llegar hasta las aguas del bautismo no ha sido fácil pero está fue una guerra constante donde Jehová de los ejércitos levantó la bandera de victoria.

Con el rostro humillado le agradecía a Dios por su fidelidad, yo nunca antes me había sentido así, mi corazón nunca sintió algo tan profundo, que me convencía del gran poder del Altísimo. Yo podía sentir su abrazo, su consuelo, podía palpar claramente el amparo que Dios le daba a mi alma.

Este es el inicio de un nuevo camino para mí, dirigido por Jesús; el Buen Pastor, con su compañía al lado mío, pongo en marcha los más grandes pasos de fe, de amor y de esperanza. Quiero servirle con toda mi vida, quiero adorarle con todo el alma y quiero ser un noble portavoz de su Santa Palabra.

La Iglesia del Movimiento Misionero Mundial en Chao desarrolló el primer bautismo en agua del año 2019, en la provincia de Virú, La Libertad, el pasado 13 de enero.

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