Además de clamar por protección, los policías también oran por sus familias y la ciudadanía. Incluso, un efectivo con la voz entrecortada agradece y pide al Señor que siempre los acompañe.

“Encomendamos nuestras vidas y alma al Padre Santo, nosotros no somos dignos de dirigirnos a ti, somos pecadores y hemos pecado contra ti y tu prójimo, Tú eres nuestro creador, nos humillamos Señor ante tu presencia, porque Tú estás con nosotros en estos momentos y tú, Señor mío, guía nuestro camino”, se escucha decir al efectivo que dirige el momento espiritual.

El agente clama a Dios acongojado y sollozando, dando cuentas al Creador, agradeciendo por la vida y bendición, en las buenas y en las malas, porque la Palabra de Dios los hace fuertes.

“Tú estás con nosotros, siempre vas a estar con nosotros, donde estemos, allí estarás, Él nunca nos va a dejar”, expresó enérgicamente un policía a sus colegas, motivándolos a tener fe.