No podemos permitir que el enemigo gane ventaja en hechos que son fundamentales para la obra. Si la palabra de Dios es clara y verdadera, no se tiene que dudar. Debemos entender que la obra de Dios, no es de hombre y que, nosotros somos pasajeros, hoy estamos, mañana no; no somos indispensables en este andar.

Se puede decir que hoy vivimos una escena sirviendo a nuestro Salvador y que, en breve tiempo, otro ocupará nuestro lugar. Mis hermanos, es fundamental que la bendición de Dios pose en medio de Su obra, como dice el lema: “Shekinah, Presencia Divina Continua”, una presencia que al paso de los años no debe menguar.

Por otro lado, si la iglesia no trabaja en unidad, y no sigue la visión, se pierde el fuego, se pierde la efectividad. Cuando se tiene una visión unánime, todos disponen su parte, la iglesia tiene una meta, una visión de llevar adelante esta obra. Por ello, necesitamos cristianos que aticen el fuego a través de una vida de servicio, una vida consagrada al Señor y de adoración genuina.

Entonces, ¿por qué necesitamos la bendición de Dios y su aprobación en la obra? Es porque sin ella, estamos sirviendo sin fundamento ni seguridad, vamos de camino a una vida sin propósito. ¡No hagamos las cosas a nuestra manera, no tomemos decisiones sin antes consultar a Dios! Debemos tener en mente que nuestro Dios es celoso, Santo y Puro.

No podemos sentirnos débiles, usted puede ser de bendición en la iglesia. Que el diablo no bombardee su mente diciendo que no sirve, que no está a la altura de ser fiel a Dios. Hoy te queremos extender este mensaje de aliento y fe. Nuestro Dios está esperando que brilles en medio de la adversidad, espera que brilles en medio de su pueblo.

En esta hora rompe toda ligadura, toda atadura en el Nombre de Jesús. Sé libre y sirve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón. ¡Adelante, pueblo de Cristo! La obra de Dios tiene que seguir adelante.

El pasado 28 de mayo, la iglesia del Movimiento Misionero Mundial de Ate Vitarte recibió la visita internacional del Presidente del M.M.M., Rev. José Arturo Soto Benavides. El evento contó con la asistencia de cientos de hermanos, viviendo así momentos de gozo y alegría.