Como cada año, cada último sábado del mes de setiembre, todas las iglesias  del MMM a nivel mundial se unen para interceder por la obra misionera. Como es de esperar, los niños fueron el pilar de la congregación para formar filas en clamor. Con un corazón dócil y sincero, y junto a sus maestros, los niños, entre lágrimas, intercedieron por los misioneros.

Con el lema #YoIréYNoCallaré, las escuelas bíblicas se adornaron de una atmósfera especial. “Los niños son un factor importante en nuestras congregaciones. Dios los forma desde temprana edad y los separa para su obra. Ellos son el futuro de la iglesia, y nosotros somos los que encaminamos sus pasos”, menciona una maestra.

A través de los tiempos, Dios ha usado y sigue usando la vida de hombres y mujeres para llevar Su Palabra a toda criatura. Miles de ellos escucharon ese llamado desde temprana edad, y hoy, son una inspiración de servicio para millones. La intercesión por los misioneros no es solo un sábado, es todos los días.

¿Guardarás silencio tú, cristiano, ante este reto y gran clamor? ¿Dejarás que muera el impío sin conocer a su Redentor? ¿Qué respuesta le darás a Dios que te llama hoy para proclamar Su Nombre? Sigamos el ejemplo de quienes se disponen en las manos de Cristo a engrandecer el Reino de los cielos.