Hay gente que conociendo la Palabra de Dios viven en corrupción, lo cual es condenable, porque esas cosas se pueden esperar de aquellos que desconocen al Dios Vivo, pero no en uno que conoce que hay un Dios justo, que reprueba lo que hace. Hay que servir continuamente a Dios, no esporádicamente.

Así como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, quienes decidieron no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; y que incluso pidieron, sin temor alguno, al jefe de los eunucos, que no se les obligase a contaminarse.

Estos hombres también recibieron terribles amenazan, pero en medio de ellas, no claudicaron, no renunciaron a su fe, no se inclinaron ante los dioses paganos o ante las costumbres de los grandes y del rey de Babilonia. Ellos no hicieron esto aunque tenían riesgo de muerte.

Así nosotros, no debemos inclinarnos o deslizarnos antes lo que el mundo nos ofrece, ante las políticas de hombres o sus ideologías. Antes debemos decirle a esa propuesta pecaminosa o acto que puede contaminar tu comunión con Dios que no vas a vender tu ética ni dignidad ni salvación, que primero está tu Dios, y que solo ante Él te vas a postrar.

Si anhelas ser mejor, pon tu vida en manos de Dios. Solo Él puede ayudarte y levantarte. Con este mensaje basado en el libro de Daniel, capítulo 1, el Rev. Humberto Henao, Vicepresidente del MMM Inc., culminó la Convención Nacional de Jóvenes en Lima. ¡Dios siga ayudando a esta preciosa juventud!