• 15 de Mayo, 2019

SER MISIONERO, UN LLAMADO PARA VALIENTES

Durante mi tiempo en la congregación, el Señor me llamó al campo misionero. Oré constantemente para que nuestro Dios confirmara ese llamado con mi esposa, porque entendía claramente que éramos una sola carne y Dios no me llamaría a mí sin llamar a mi esposa.

Como misionero, la tarea era bastante difícil. Muchos eran los días en donde teníamos que pasar horas de viaje, lejos de casa. En los momentos donde la dificultad financiera o de salud llegaban, nuestra única esperanza era la oración. En medio de todo, nos dispusimos a obedecer el llamado de Dios.

Mi primer campo misionero ha sido mi hogar, con la mira de dejar un legado a mi hijo, sirviendo junto a mi familia, y que ellos fueran parte del gran privilegio de servir a Dios. Con todo el trabajo, uno de mis mayores temores era descuidar la presencia de Dios, realmente me preocupaba.

Hoy me encuentro en Urubamba, un pueblo con aproximadamente 5435 habitantes y con un amplio turismo; este pueblito ha cautivado mi corazón. Sin importar el frío, realizamos campañas evangelísticas, y con gran gozo en el corazón de los hermanos, llevamos el mensaje de Salvación a las almas necesitadas de los lugares más recónditos.

Te aseguro que ser misionero no es fácil, es una gran encomienda que trae un gozo inexplicable al corazón. ¿Te animas a obedecer la Gran Comisión? ¡Ánimo, Dios estará contigo!

La plaza de armas de Urubamba fue parte de dos días de gloria. Con el lema “Jesucristo es la verdadera libertad” y la visita de los pastores, Rev. Edison Mayta, presbítero de Abancay, y el Rev. Edgard Cari, Oficial Nacional, cientos de asistentes recibieron el mensaje de Salvación.

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