• 14 de Diciembre, 2018

UN COMPROMISO DE VALIENTES

Creí que era suficiente que no les falte, alimento, ropa y estudios. Ellos ya estaban cansados de mis excusas y pretextos laborales cada vez que quedábamos en tener un almuerzo o salida familiar.

Mi lejanía, hizo que no reconociera sus virtudes, mucho menos conozca sus sueños y metas que se habían trazado en la vida, y que sus demostraciones de amor no tengan respuestas en mí.

Descuidé tanto a mi familia pensando en trabajar duro para que no les haga falta nada y sin querer dejé que a ellos le faltara todo, todo, lo que era el amor verdadero.

No me pregunto a dónde iba a parar todo esto si continuaba a ese ritmo, tan solo imaginarme la vida sin ellos, considero haber terminado con el corazón hecho pedazos, gracias a Dios me di cuenta de lo que estaba haciendo.

Él logró que yo pueda entender que en el corazón solo hay espacio para los buenos momentos, que solo calan los mejores recuerdos en familia, y nada se ha de comparar a un hogar donde día a día el amor de Cristo lo acapare todo.

Mantener el amor vigente y aún éste, conforme pase los días vaya alcanzando los más altos índices de cariño, es todo un reto de valientes. Un reto que solo puedes afrontar si en el corazón llevas al amado por excelencia, Cristo.

El 8 de diciembre se realizó la Confraternidad de Caballeros “Reto de valientes” en Pichanaki, Chanchamayo, se contó con la visita del Rev. Oswaldo Gómez Mogollón, presbítero de la zona 30 en Satipo.

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