Rafael y Clara, tomaron una de las más grandes decisiones de sus vidas, bajar a las aguas del bautismo para cumplir con el mandato divino de Dios, ellos se han negado al mundo y han nacido nuevamente en Cristo.

Este matrimonio fue predicado en la Selva Amazónica de la frontera de Perú y Colombia, allí el amor de Dios conquistó sus corazones, fueron testigos de su poder y decidieron servir al Todopoderoso para siempre.

Ellos son los primeros frutos de la Iglesia del Movimiento Misionero Mundial de Soplin Vargas en Iquitos, lugar donde se viene trabajando arduamente en la evangelización. Y ayer se bautizaron en las aguas del río Putumayo.

Continúa orando para que Dios siga enviando obreros a su mies, hombres y mujeres que sigan anunciando el mensaje de salvación y vida eterna por todo el Perú, que no le teman a la adversidad, sino que de la mano del “Gran Yo Soy” cumplan sus propósitos y conozcan más de la fidelidad de Él