Con alegres y reverentes cánticos de alabanzas y adoración, se inició el segundo servicio de la gloriosa Convención Nacional en la ciudad Blanca de Arequipa, donde los creyentes al unísono entonaron alabanzas para paz y felicidad de sus almas.
Con alegres y reverentes cánticos de alabanzas y adoración, se inició el segundo servicio de la gloriosa Convención Nacional en la ciudad Blanca de Arequipa, donde los creyentes al unísono entonaron alabanzas para paz y felicidad de sus almas.
Ataviadas de trajes típicos multicolores, los Coros de las Iglesias de Cayma, de Jóvenes de la Iglesia de Puno, el grupo quechua de Arequipa, y el grupo de Panderetistas de Arequipa, presentaron especiales que exaltaron el amor y la misericordia de Jesucristo