Ester había estado viviendo en la ciudadela de Susa, donde también vivía el rey. Ella era prima de un varón del linaje de Benjamín llamado Mardoqueo, quien también fue su guardián. Cuando Ester fue elegida como candidata para ser reina, Mardoqueo le dio instrucciones de no revelar su origen ni identidad.
Cuando llegó el turno de Ester para estar con el rey, "ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían". Ella también ganó el favor del rey: "Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres", y él la hizo su reina (Ester 2:17). Parece que Éster, además de ser de "hermosa figura y de buen parecer", fue sumisa al seguir el consejo de sabios consejeros y bastante atractiva en todos los aspectos.
A medida que la historia se desarrolla, también resulta evidente que Dios estuvo obrando durante todo el proceso. La valentía y la fe de Ester en Dios, son un testimonio de la confianza que esta joven mujer tenía en el Dios vivo. Su vida es una lección sobre la soberanía de Dios sobre Su creación. Dios maniobra cada aspecto de la vida para posicionar a las personas, gobiernos y situaciones en Su plan y propósito.
Puede que no sepamos lo que Dios está haciendo en un momento determinado, pero vendrá un tiempo cuando nos daremos cuenta de por qué hemos pasado ciertas experiencias, conocido determinadas personas, vivido en ciertas áreas, comprado en determinados almacenes o realizado determinados viajes.
Llegará el momento en que todo encajará, miraremos hacia atrás y veremos que nosotros también estábamos en el lugar adecuado en el momento preciso, así como sucedió con Ester. Ella estaba en el harem "para un momento como este". Ella fue reina "para un momento como este". Ella fue fortalecida y estaba dispuesta a interceder por su pueblo "para un momento como éste". Y ella fue fiel en su obediencia.
Ester confió en Dios y sirvió con humildad, sin importar lo que podría costar. Ester es verdaderamente un recordatorio de la promesa de Dios, como está escrito en Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
¿Tu pasado te trae dolor? ¿Te recuerda la herida que quisieras olvidar? Mira a Esther, la joven huérfana de la Biblia, que lo perdió todo pero no dejó que su corazón se dañara. Es tiempo de cumplir con el llamado de Dios con plena libertad, sin complejos ni traumas. ¡Dios necesita familias libres!. Bajo el tema: “Necesito una transición”, el Rev. Alberto Ortega fue el portador del primer mensaje en la Convención Nacional de Damas y Caballeros sede Chiclayo.
Sigue la transmisión a través de Bethel televisión y las distintas plataformas digitales en doble horario: 9:00 AM Y 6:00 PM