“Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”, Hechos 10:38. Este versículo de la Biblia cuenta la historia del bautismo de Jesús y cómo Dios lo ungió con el Espíritu Santo y poder. 

Entonces Jesús salió e hizo buenas obras y sanó a todos los que estaban oprimidos por el diablo; tales acciones nos demuestran que Dios estaba con Jesús y lo apoyaba en todo lo que hacía. Esa unción especial y sobrenatural que portaba el Maestro, le daba un plus no humano para que las señales y prodigios del cielo se hagan realidad. 

De la misma manera, el único Dios que guió a Jesús en su ministerio, está con nosotros en la actualidad y nos apoya en todo lo que ejecutemos. Podemos confiar en el amor y el apoyo de Dios, seguir el ejemplo de Jesús para producir buenas obras, ayudar a los demás, manteniendo nuestra convicción arraigada a la vida que nos otorga el Espíritu Santo. 

Estas señales tienen que seguir en operación, no pueden menguar ni caducar. Jesús es el mayor ejemplo de una unción genuina del cielo que muda los corazones y los hace caminar con propósito. ¡Es tiempo de levantarnos y buscar ese poder, ese Espíritu de valentía, vigor y genuino cristianismo!

Bajo el tema:”La unción que quebranta los yugos”, el Rev. Josue Ascarruz; el vicepresidente del M.M.M. en el Perú. Fue el portador del mensaje celestial, citando el libro de Hechos 10:38, en el segundo día de la Convención Nacional Descentralizada con sede en Cusco. Con un llamado a la búsqueda genuina del Espíritu Santo, cientos de almas pasaron al altar respondiendo al llamado del cielo