• 24 de Enero, 2019

¿Realmente estás predicando a tiempo y fuera de tiempo?

¿Has invitado a alguien hoy a buscar el rostro de Jesús, en oración? ¿A caso le revelaste a un compañero, a cerca del amor genuino que existe en los brazos de Cristo? ¿Le comentaste que un corazón humillado jamás será despreciado por El Altísimo? ¿Lo hiciste?

Un ilustre mandato se nos fue encargado, y este acapara todo el amor que decimos tener por nuestro prójimo, “Id y predicad el evangelio a todas las naciones” fue la mejor encomienda que se no pudo haber encargado y vaya que sí, pero qué estamos haciendo, acaso logramos siquiera acercar a Cristo, a aquellos a quienes nos rodean todo el tiempo.

Quizá un compañero de trabajo, talvez de estudio o un familiar, o un amigo de la infancia, de repente nuestros vecinos. ¿Hemos podido hablarle del perdón que nos ofrece Jesucristo? De su misericordia, de su amor, de la esperanza que nos otorga al acercarnos ante su presencia con un corazón que lo reconozca y acepte como su Señor y Salvador.

No pierdas la oportunidad de hacerlo, de verdaderamente reflejar todo el amor que sientes por aquel que todavía no ha conocido del Todopoderoso, de Jesús, nuestra única luz y salvación. Y quizá, sientes tener limitaciones, ponte de rodillas y en oración, clama a tu Fiel Señor, Él te capacitará, será su poder que te guiará a proclamar las buenas nuevas de salvación.

 

deja tu comentario