Perú, país donde el amor de Dios se hace visible a través de corazones sencillos y la fe se demuestra por sus obras, hoy celebramos los 43 años de labor misionera de un hombre que marca historia en esta generación. Nos referimos al Rev. Rodolfo González Cruz; misionero cubano que dejó todo por amor a una nación.
Un llamado de Dios no solo requiere valentía, convicciones firmes y fe, sino también de un arduo trabajo repleto de lágrimas. Por esta razón, y como cada año la obra del Movimiento Misionero Mundial en el Perú, celebra la valentía del Rev. Rodolfo González Cruz, un hombre que con la Gracia de Dios se puso en pie, levantó bandera de libertad, y se paró en la brecha defendiendo a capa y espada una nación que en su momento, clamaban por auxilio.
Sí, ya son 43 años desde que un hombre humilde llegó a tierras andinas, dejando todo por una nación a la que ni él ni su familia conocían, pero sí con un objetivo claro: cumplir el propósito de Dios. Es menester reconocer cómo la providencia de Dios forjó a un hombre y usó su vida para que su poder sea manifestado. No dudamos que la cosecha vista desde todos los ángulos en la actualidad es el fruto de sangre y sufrimiento.
Si hoy vemos a miles de almas salvas, familias restauradas, centros educativos y medios de comunicación sofisticados levantando el estandarte de la verdad, es por esa negación total de un instrumento de Dios a la Voluntad de Dios. Damos gracias al Dueño de la obra porque se acordó de nosotros, por escuchar la plegaria de miles de almas y porque de alguna u otra manera nos lleva adelante solo por Su Gracia. No somos nada, solo instrumentos en las manos de un Dios infinito.
¡Muchas gracias pastor Rodolfo González Cruz, muchas gracias por llegar a Perú!