El 14 de diciembre, un grupo de hermanos fueron bautizados en Muyurina, Ayacucho. El Espíritu Santo estuvo presente en cada creyente.
Desde horas de la mañana, los hermanos se mostraron alegres por esta gran actividad espiritual que obedece a lo establecido por el Señor Jesucristo en las Sagradas Escrituras.
Las almas libres por el poder de Cristo tomaron su bendición al descender a las aguas bautismales, muriendo para el mundo y resucitando para Cristo.