Cada “¡Aleluya!”, era un estallido de convicción, como si el Rev. Anthony Sosa, MMM USA, estuviera llamando no solo a los presentes, sino a las generaciones futuras. “¡Yo no sé hacer nada!”, exclamaba, pero sus palabras eran como un trueno en los corazones de la audiencia, recordándoles que no es por la capacidad humana, sino por el poder del Espíritu Santo.

Los jóvenes, llamados a ser valientes, escuchaban con los ojos brillantes de expectativa. “¡Dios quiere llenar tu boca con su palabra para que puedas evangelizar!” La promesa no era solo para ese momento, sino para trascender en el tiempo, Dios sigue buscando esos corazones disponibles y llenos del poder divino.

“¡El Señor te ha hecho en su mano una vara que reverdece! ¡Experimenta el poder de Dios en tu vida!”, clamaba. Era más que un mensaje, era un llamado a despertar, a rendirse completamente al Espíritu, y a ser parte de un movimiento que ningún poder terrenal podría detener. “¡No han visto nada todavía!” Las palabras quedan grabadas y resonan en los corazones de cada convencionista.
 

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