En medio de la exuberante naturaleza, los pequeños corazones se abrieron para recibir las enseñanzas de Jesús y su amor incondicional. Durante tres días, alejados del bullicio y las distracciones de la vida cotidiana, las decenas de asistentes tuvieron un espacio propicio para la reflexión, la oración y la compañía del Espíritu Santo. 

Fue impresionante presenciar cómo los adolescentes crecieron en su fe y fortalecieron su relación con Dios. La actividad fue presidida por los pastores de la zona 75, y a cargo de la ministración de la palabra, estuvo el Ps. Samuel Navarro que, con un mensaje de fortaleza del cielo, decenas de adolescentes escucharon el llamado y rindieron cuentas con Dios.  

“Pedimos a Dios que las semillas sembradas durante este retiro sigan creciendo en los corazones de nuestros adolescentes y que sus vidas continúen reflejando la luz de Cristo en cada aspecto. Oramos para que la Selva Central del Perú siga siendo un lugar de encuentro con Dios y de crecimiento espiritual para muchas generaciones venideras”, fueron las palabras del Ps. Julio Bartolo, presbítero de la zona 75.

La obra da gracias a Jesús por guiar cada paso de este retiro y por proteger  a cada asistente. También agradecemos a nuestros líderes y voluntarios que trabajaron incansablemente para que este evento fuera posible. Su dedicación y entrega fueron fundamentales para que esta experiencia fuera inolvidable.¡Que la gracia y el amor de nuestro Señor Jesucristo estén siempre con esta obra!