• 25 de Setiembre, 2025

Un cierre inolvidable en Chimbote: la juventud se rinde a Cristo

Con gozo y gratitud culminó la Convención Nacional de Jóvenes en la sede de Chimbote, donde cientos de corazones fueron desafiados a vivir una fe firme y a ser luz en medio de los tiempos difíciles.

 

El último día de la convención amaneció con un aire distinto. Desde temprano, los jóvenes llegaban con banderas, Biblias y cantos que se mezclaban con el sonido del mar de Chimbote. El templo y sus alrededores rebosaban de alegría; los abrazos, las sonrisas y las oraciones colectivas revelaban que no era un día cualquiera, sino la despedida de un encuentro marcado por la presencia de Dios.

El mensaje final estuvo cargado de fuerza y esperanza. El predicador exhortó a la juventud a no dejarse vencer por el desánimo ni por las corrientes del mundo, sino a ser valientes en la fe, firmes en la oración y dispuestos a responder al llamado misionero. Hubo lágrimas, voces quebrantadas y manos levantadas en señal de entrega total a Cristo.

Con un multitudinario coro, las voces juveniles entonaron himnos que hicieron vibrar cada rincón del auditorio. El ambiente era indescriptible: se sentía la unidad de una generación que anhela servir y llevar la Palabra a los rincones más lejanos. La convención cerró, pero lo sembrado en cada corazón apenas comienza a dar fruto.

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes” (1 Timoteo 4:12).

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